lunes, 25 de junio de 2012

Recordando los cumpleaños

Esta semana, algunos lo sabíais, otros no,  ha sido mi cumpleaños. Y como dije en el post 18 de Junio. 39 años  no lo he celebrado. Pero sí he tenido tiempo para recordar cómo eran las celebraciones de antaño cuando era, un poco, más joven.  ¡Qué tiempos! Si, señor.

Recuerdo el cosquilleo en la barriga. La ilusión de decirle a mis amigos:"¡Oye! No faltéis a mi fiesta de cumpleaños." Puro protagonismo, el que no tengo ahora.
En el montaje de todo este tinglado no podía faltar la mejor organizadora de eventos del mundo: mi madre (Todo, o casi todo, sobre mi madre). Para otras cosas no, pero para la celebración de cumpleaños NO TE FALLABA: celebraba el cumpleaños por encima del cadáver de quien fuera.
Así es mi madre, tozuda y terca, como buena cazurra que es. Ni el PaPa es capaz de hacerla cambiar de planes cuando se empeña. Ya me gustaría a mi ver al Benedicto XVI, (bueno, en aquella época sería otro), diciéndole a mi madre que no celebrara nuestros cumpleaños. Mi madre es la jefa de su casa, de chiquitistán, de Coruscant y de la República Galáctica sino, que le pregunten a Pedro Duque si a quien vio realmente, cuando alunizó,  fue a Jar Jar Binks. Lo siento Duque, tío, en realidad era mi madre.

Mami, te quiero.










Bueno, pues mi madre tenía esa habilidad innata para hacernos felices. Su plan, para trazar los cumpleaños, eran perfectos, los más perfectos que trazara alguien desde que existe la vida en el globo terráqueo. Pero, ¿en qué consistían?: 

1. Vestir de bonito. 

Mi madre, además de su trabajo en el ramo de la hostelería, era costurera. Así que, para mi gran suerte y para envidia de muchas, (que culpa tenía yo), tooooodos los domingos estrenaba algo y por tanto, los cumpleaños no iban a ser menos. Recuerdo las pechadas que se daba la pobre cosiendo a destajo para que luciera la más guapa los domingos de misa. Ahora cuando lo recuerda dice: "Mira que era tonta. La trabajera que me daba con la niña...pero en el fondo me gustaba. Me gustaba verla tan guapa y tan presumida..." (Masoquismo maternal. Ahora la entiendo.)

2. Preparar las viandas.

En esta parte del plan mi madre se regía y se rige por un lema: "Comida pá reventar." Fastuosa merendola colosal. Gambas, berberechos, sandwich de nocilla a porrón, salchichón, queso, jamón, patatas fritas, jamón serrano, tortilla de patatas, cocacola, cerveza, fanta, casera, vino y hasta bebidas blancas por si alguien prefería un fresquito en vez de tanta golosina infantil. Las fuentes de comida no duraban ni cincuenta milésimas de segundo. No quedaba nada.

3. Invitar a familiares y amigos.

A las 5.30 de la tarde, en casa. Lo  invitados: mis tíos y tias paternos, primos, amigos y algún que otro amigo, infiltrado, de mi hermano. Vamos, España entera en el salón de casa.

Mi parte favorita de la celebración, lógicamente, era el momento de soplar la velas. ¡Qué momentazo!
Y, ¿la tarta? ¡Dios! ¡Qué tarta! Bizcocho, merengue y chocolate. Nos poníamos como el kiko. Hasta, alguna vez que otra, la utilizábamos para lanzarla, modo catapulta, sobre la cara de alguno. La tomatina de la casa González Robles.

Entonces, en este momento, cuando mi madre decía: "¡A soplar las velas!", había que ir inmediatamente pues cuando mi madre daba una orden no había ser de dos patas que se atreviera a ignorarla.  Y aquí, encima de la mesa de la entrada de casa apoyando mis manos en ella, tomaba aire y con la fuerza del huracán katrina, gritaban: ¡Una, dos y tres!, soplaba toooodas, (aunque siempre aparecía algún enano metomentodo para contribuir con el bufido), las velas para continuación comenzar a cantar cumpleaños feliz. Recuerdo que lo hacían mejor que los niños del coro, aunque siempre a la que más se le escucha era a mi madre con su voz de mezzosoprano. Se la escuchaba aquí, y en otro momento, califiquémoslo de "STAR", cuando partía la tarta. Aquí era cuando ella se explayaba dando un toque ornamentalmente emocional a.. es una chica excelente; como si  se tratara de la opera NORMA en su fragmento"Casta Diva." ¡Qué tragedia! Y qué vergüenza me daba. Pero...las madres si algo NO tienen, o al menos la mía, es  VERGÜENZA.


Después de esto venían la entrega de regalos: muñecas, NORMALES, cuentos, (ahora si regalas un cuento corres el riesgo de que el niño te lo ESTAMPE en la jeta), puzzles, dinerito de algún tío olvidadizo, ropa...Regalos que molaban. Al día siguiente, como si de los reyes magos se tratara, bajaría a la calle a jugar con todos ellos.

Me gustaba también que llegara mi cumpleaños porque estaba próximo el fin de curso y perdería de vista al dictador de Sr. B. y su arma de educación espartana, conocida como "la medicina", durante unos meses. Llegarían los meses de verano, de despertar por las mañanas hacer las tareas de casa para pasar el resto del día en la calle jugando hasta que se hiciera de noche. Perdiendo la noción del tiempo. Alguna vez me llevó mi madre de la oreja a casa por no querer marchar. Esas cálidas noches de verano en mi pueblo. ¡Qué maravilla! ¡Cuánta nostalgia! ¡Qué libertad!...

Por todo eso y más, Molaba taco que llegara mi cumpleaños. Y quizás no os lo creáis, pero han sido los momentos más felices de mi existencia en el planeta tierra...

Este año no lo he celebrado: la falta de ganas ha sido la razón. Quizás el año que viene, cuando la crisis de los 40 esté rozando mi hocico le abriré mis brazos para darle la bienvenida que se merecen y qué me merezco.





6 comentarios:

  1. Muchas felicidades!!!! Aunque un poco tarde... Aquí esto de visitita para quedarme (@onarca) ya tienes nueva seguidora también por aquí.
    Madre mia, qué razón tienes que maravillosos eran nuestros cumpleaños!!!
    Muchos besos para mi chamus favorita, cuídate mucho.
    Carmen
    www.cosasencantadoras.blogspot.com

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  2. Hola mi niña!!! Que alegría verte por aquí, no sabes cto me alegra!!! Lo de los cumples de ahora, son una realidad paralela: el otro dia fui a uno cn mi canijo y me quede espantada. De hecho, tanto q por eso escribí la entrada.

    Muchas gracias y bienvenida.

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  3. ayyy qué recuerdos los cumpleaños!! qué bien lo pasaba una con la única preocupación de disfrutar a tope!!

    Ya ahora tienes todos los días del resto del año para cuando quieras celebrarlo, ¿quién dice que deba ser el mismo día?

    besosss!

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  4. Hola guapetona. Pues sí, tienes mucha razón; ¿quién dice qué debe ser el mismo día del cumple para celebrado? A partir de ahora, igual que Alicia en el País de las Maravillas, instauraré el día de mi NO CUMPLEAÑOS.

    Muchas gracias por tu comentario.

    Besosos

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  5. ¡Felicidades! Qué recuerdos más chulos. Vas a tener que encargar tu próximo cumple a tu madre. ¡Así seguro que lo celebras! ¡Por todo lo alto!

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  6. ...Gracias guapa!!! Pues, sí tiene usted muchísima razón. Estoy segura de que si mi madre me montara la fiesta para mi 40 cumpleaños sería "BESTIAL". Todavía recuerdo cuando cumplí los 18, al que asistieron más de 50 personas y hasta con grupo de música. Con eso te lo digo TO-DO. ¡Vaya CUMPLES! Mi madre es lomásdelomás.

    Besos

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