viernes, 17 de febrero de 2012

Desoyendo a Pavarotti.

Hay que ser del género tonto. O al menos es lo que me planteo cada vez que me pasan determinadas cosas...y mi actuación es la misma...una y mil millones de veces. Nadie sabe mejor que una misma; el ridículo que puedes llegar a hacer. Intento, eso si, auto-convencerme, de que estas pequeñas crisis de necedad serán sólo unos años. Ese es mi consuelo. 
Por otro lado, en beneficio de mi polluelo, he de decir, que es una forma de ir dándole información, de lo risibles que somos los adultos en determinadas situaciones que para nosotros son calificadas de código rojo cuando a lo sumo se pueden tildar  de macarrónicamente caricaturescas.
De camino a casa, después de haber realizado unas compras y como siempre discutiendo si continuar o no, con la dictadura musical de Bruno son su idolatrado PEPE BENAVENTE !Qué ya está bien! Pues ha sido toda la Naviadad con el burrito sabanero. Ahora nos vemos abocados a una condena perpetua con este hombre. 
Total, distraídos con nuestra plática. Que si, si. Que si, no. Se oye de fondo. Pero, muy, muy, de fondo, fondo un eco, una resonancia, una repetición ilimitada imposible de oír por la cháchara entre mi queridísimo y yo. ¿Estábamos desoyendo, deliberadamente, a nuestro Pavarotti? Pues..., si
Para añadirle dramatismo a la historia, la aventura se desarrolló en una carretera de doble sentido de un polígono industrial: ¡Pobres de nosotros! Os podéis hacer una idea del tráfico y de lo difícil de la situación en el caso de que ocurriera cualquier improvisto. 
Pues eso. Se oye un hilo de voz. Imperceptible. Sin garra, ni brío. "Pipi. Pipí. Pi-pi..."
Nosotros, mientras: "bla, bla, bla, bla...¿Qué dice el niño? ¿Dice algo? ¿no? Parece que dice ¿Pipí?"
Mientras, en el asiento de atrás: "Pipi. Pi-pi. Pipí. PI-PI. PIPÍ..."
"Pues parece que... Parece que... Si.¿Cómo?" "!Qué!" "¡Para! ¡Para! ¡Para! ""!Dios! ¿Dónde co... paramos?" "Joder. Bruno. Te pregunté antes de salir de la tienda sí querías hacer PIPÍ." 
Mi queridísimo: "Me ca....jañjoqiepjajdfpqiwejaojdñjfañfjpieojadjfapoeirqpejfajfdsñfhjpoqweijaoijñl......."
Conseguimos aparcar. Abro la puerta del coche y al abrir: ¡PAFFFFFF! UN FRIIIIIIO. UNA CORRIENTE. Mi cara: UN POEMA. "¡Nooooo! ¡En plena corriente! ¡Verás! ¡Catarro que te crió!"
Abro la puerta de atrás. Bruno, sin rechistar me mira sorprendido. Por su expresión, diría que estaba pensando: "¿Qué está haciendo la histérica de mi madre?"
"A ver Bruno. Vamos. Rápido. ¡Qué hace frío! Te me vas a resfriar. "
"¡Mami! ¡Mami!"
"¡Rápido! ¡Rápido! ¡Rápido! No podemos esperar. Que estamos mal aparcados."
"Pero...Mami. Mami."
" A ver Bruno; ¿Qué pasa?"
"Mami: PI-PI. PI-PI. Los coches. PI-PI. La pita de los coches, Mami."


Lástima, pena, compasión. ¿Quién es el adulto en esta familia? 


viernes, 10 de febrero de 2012

TOUCHÉ

Realmente te das cuenta que tu hijo maneja información, lenguaje y situaciones cuando en conversaciones en las que esperas contestaciones básicas, rudimentarias, de dos, tres frases a lo sumo, de repente te sorprende con algo que te deja tocada y fuera de combate.
El otro día, sin ir más lejos, el disfraz de carnavales fue nuestro particular duelo dialéctico. 
Bruno, ¿de qué te quieres disfrazar?
Haciendo alarde de su todavía precoz e inmadura imaginación, - o hasta ahora era lo que yo pensaba-, tuerce la boca mordiéndose el labio y con gesto dubitativo me responde:
"mmmmmmmm.....mmmmmm....mmm..."
La cosa se hacía esperar. No parecía mostrar demasiado interés. Petrificado. Con la mirada perdida. Manteniendo la intriga, el suspense y disimulo del momento. Pensativo durante unos segundos. Finalmente, se  olvida de MI y de la pregunta tan...tan...TRASCENDENTAL. En este caso para mí, no para él. 
Después de este falso marchar. Quitándole hierro al toque por oposición sufrido, intento reponerme. Sin acritud, lógicamente: ¡Debes ir entrenando esa MEMORIA DE PEZ. Bruno! Bueno. Cierto tonillo sarcástico, si que había. 
Le lanzo un contrapase.
Bruno, ¿de que te gustaría disfrazarte?
Rompe el juego con un salto adelante:
"Yo. Yo. Yo. Quiedo....mmmmm...mmmmmm....de Mickey Mouse, grande."
¡¡¡De rata peluda!!! Eso, por supuesto, que no se lo dije. Pero hice como la que no lo había oído. Dí un salto atrás y volví a tantear al opositor comprobando si disponía de más opciones o era simplemente una maniobra de distracción. Todos tenemos opciones, ¿porqué Bruno no? 
"Bruno. ¿Y de qué más?"
Le cuesta sobrellevar los golpes de espada: "¡Aaaaay! Mami." Esto era una forma "sutil" y maestra de decirme: "Cállate mamá y no seas pesada con la matraquilla del disfraz."A pesar de ello, sigo con mi vehemente estrategia e inapelable objetivo de conseguir información: "Venga, Bruno. ¿Dime de qué quieres? 
Lo tengo derrotado. Empieza a mostrar signos de debilidad. "De. De. De....Pidata. Pero sin tapar el ojo."
"Y de qué más." Yo en mis trece.
"De pantasma..."
"¿Y....? " 
"¡¡DE MONSTER HIGH!!!!!..." 
¡¡¡Touché!!! Su respuesta daba por finalizado el duelo. 

Miscelánea:

¿estoy insultando la inteligencia de mi hijo?
¿Cuando yo voy? ¿El viene?
¿Contestación involuntaria? ¿inconsciente? O por el contrario ¿llena de ánimo y apetencia?

 Y por último...¿Dónde encuentro unas plataformas de su tamaño?...

El año que viene, ni pregunto...


martes, 7 de febrero de 2012

Lacónica melancolía


Silencio. Transportada a otra dimensión. La mirada perdida en el horizonte. Caen unas cuantas gotas que quedan impresas en la ventana. Veo como toman rumbo en carrera hasta llegar al final de la hoja del cristal. Siento paz. Siento que este espacio de tiempo es mío, único, irrepetible. Cierro los ojos. Respiro; largo y profundo. Mantengo la posición unos segundos más; largo y profundo. Relajada. Abro los ojos. De nuevo la lluvia. El cielo pintado de gris, rugiente, con nubes negras que indican que no parará de llover de momento. En esta situación, pienso las veces que no he podido resistirme a sacar la mano por la ventana y dejar que se empape de agua de lluvia. Una costumbre tonta, pero que me hacía sentir bien.
Regresa el ruido. Creo volver de mi pequeño sueño, de mi país de las maravillas; del otro lado del espejo. Intento incorporarme. ¿No puedo? ¿No quiero? Comienzo a intuir un leve sonido alrededor mío. Le doy la espalda a mi ventana. A mi edén. Lentamente, como si hubiera despertado de un desmayo; mirando una y otra vez sin atreverme a hablar,...

¿Qué música Bruno?
Papí, mi música.
No puede ser siempre lo que tú quieras.
Si. No. Si...

Silencio. Nostalgia. Breve melancolía a través del cristal....



lunes, 6 de febrero de 2012

Soy una MONSTER HIGH divina de la muerte...

Llegamos como todos los días, o casi todos, a las 8:00 en punto de la mañana a la guardería. Y nos encontramos con un amigo, de un amigo, muy amigo nuestro...No doy más pistas...
"¿Cuchi? (fulanito) ¿Qué tal?
"Hombre, Yolanda. ¿Cómo estás?"
Mientras, Bruno se me escurre como una lagartija para el interior de la guardería sin darme tiempo a esperar al papá, amigo de un amigo, muy amigo nuestro. Bruno como siempre, a lo suyo. 
Dentro ya, espero a "fulanito" y le ayudo a abrir la puerta.
"¡Espera! ¡Espera! ¡Qué te ayudo!"
"¡Gracias! No te molestes." "¡Qué! Deprisa y corriendo. ¿No?
Me estaba matando esta conversación TAN... ¿INGENIOSA? Y ahora me temía...me temía...me...te...¡VOILÁ!
"¡Qué! Hace frío esta mañana.
¡Qué rápido es el cerebro! Mi mano se fue directamente a rascar mi cabeza. Gesto que suelo hacer cuando  dudo si decir o no, lo que realmente pienso por si alguien se siente ofendido. Una jilipollez en este caso pues la pregunta tampoco era nada del otro mundo. Así que con la ventaja de saber que no iba a interpretar mi microgesto de jodida, puñetera, falsa, mentirosa contesté lo que posiblemente quería oír: "Si. Hace "fresquete"..."Mientras, en mi subconsciente se quedó bailando la frase, durante tres-cuatro segundos, que me hubiera gustado decirle : "¡Anda ya, muchacho! Te van a salir golondrinos en la sobaquera de tan abrigado que vas."
En fin, -reseñas a parte, sobre comunicación no verbal-, después de este primer contacto tan "agudo" y "talentoso", tocaba, lógicamente, hablar de los renacuajos. ¡Cómo no! Sería absurdo continuar con el tema que hasta ahora nos mantenía tan entretenidos. Así que con la idea de buscar algo de que hablar y romper esos silencios incómodos cuando no sabes que decir ni hacer, recurro a..: "¿Has visto como Bruno va escopeteado para la guarde? Ya verás como el tuyo llegará a eso."
O-O. Error. Pero ya era tarde: había metido el dedo en la llaga. Se iniciaba la cascada de emociones expresadas a través de microexpresiones; tanto de mi parte, como por el que hoy protagoniza este post: el amigo, de un amigo, muy amigo nuestro.
El padre, a punto de usarme como paño de lágrimas, me advierte con una subida de hombros y con cara de incredulidad desesperada, un suspiro desahogado inconsolable : "AAAAyyyy. Es duro. Lleva dos semanas en la guarde y por ahora sólo ha salido indemne; ¡DOS DÍAS!!
"¿Qué hago?" Me pregunto. Mi expresión facial, arqueo de cejas y rascada de cabeza, estaba durando más de un segundo: señal de duda por miedo a lo que pueda pasar por decir la verdad. No podía permitir que mi microgesto se afianzara. He de ser sincera sin hacer escarnio de ello. Opto por que debe afrontar la realidad siendo fuerte lanzándole una bofetada de ánimo: "¡Muchacho! No te queda nada. Por lo menos, hasta los dos años...y pico, la cosa será igual: una semana bueno, otra malo, una bueno, otra malo.
 Así estuve yo el año pasado." ¿Dije sin hacer escarnio? Me equivoqué. 
Los vi. Si. Los vi. Sus ojos. La dilatación pupilar puede significar mucho. En este caso no era por algo agradable sino todo lo contrario. Su gesto subiendo un sólo hombro, me indicaba que no se sentía muy cómodo ni bien con el torpedo que le acaba de enviar.
"¡NOOOOO! Cada vez que dejo al niño en la guardería, tengo la impresión de dejarlo en un hospital de campaña. Cuando asomo el hocico y escucho toses, cada una de un tono diferente, veo esa fábrica de mocos andantes....Pienso: sólo falta que a alguno/a le corten, en vivo, una pierna con un serrucho." "Sin ir más lejos, esta mañana haciendo la mochila, mi mujer se ha encontrado una chupa que no era la del niño. Imagínate las palabras de mi mujer: "¿Espero que no se la hayan dado?"
Termina de decir la frase y me mira. "¡Joooder! Si es que me lo pones a huevo".
Como diría mi profesora de inglés: Alarm! Alarm! Tenía dos salidas: ¿Calmarlo? O ¿Seguir hurgando en la herida?......
 Al padre, la ansiedad le consumía, -mordiéndose los labios, tocándose la oreja la frecuencia respiratoria era cada vez más rápida-, mientras esperaba una respuesta. Me mira a los ojos y ve como mis párpados se cierran a la vez que mi cabeza hace un gesto de aprobación mientras mi boca entona el monosílabo: "SI."
Por su expresión asustada y del que se prepara para la huída, noto como un sudor frío le recorre el cuerpo paralizándolo al oír lo que ni él, ni su mujer quería escuchar ni imaginarse: "¿quién habrá chupado la chupa? ¿Únicamente tú hijo? ¿Dos? ¿Tres?....¿TOOOODOOSSSS?
"NOOOOOOO!!!! Mi mujer no se puede enterar de esto. Puede llegar a utilizar la chupa como instrumento mortal contra alguna de las educadoras...No. No..."
Era algo automático. No podía parar. A cada cosa que me preguntaba; mi respuesta era DEVASTADORA: verdades como puños, lo llaman. Su gesto, con su mano puesta sobre mi cara y su cabeza ladeada indicándome que detuviera mis informaciones, provocaba en mi un efecto de retro-alimentación. ¡Me había convertido en una MONSTER HIGN! Cruel y cínica, pero divina de la MUUUUUEEEERTE!!! KKKKK....kkkkkk...kkkkkk...

P.D: Eso pasa por preguntar. ¿Pá qué preguntas?

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...