jueves, 28 de junio de 2012

Culebrones disfrazados de realidad

Definitivamente las peluquerías son la mejor biblioteca para acercarte al mundo de la moda, la estética, las últimas tendencias, las vanguardias culturales, los gustos sociales o cualquier avance orientado a una mayor calidad de vida. Pero a veces, entre tanta niña pija, tanto modelo sacado del Olimpo de los dioses, tanta publicidad dirigida a un público de "Pasarela Cibeles" o "Gaudí", tanto rímel y colorete, encuentras una "joyita" que llama tú atención. Cuando digo joyita, no me refiero a un anillo de "Cartier", no. Me refiero a esos espacios de colaboración que los escritores y escritoras de renombre y prestigio literario realizan en publicaciones tanto de tirada nacional, maganzzines de fin de semana, como los de editorial dirigido a un público enteramente femenino, revistas de tendencias rechulísimas y repijísimas, contribuyendo con ello a restar vanidad al escritor de libros de tapa dura y bestseller para apearse en la realidad de muchas mujeres que nunca creerían que ese escritor u escritora pudiera publicar, ni tan siquiera un post-it, en dicha publicación. Pues el otro día mientras esperaba mi turno para rasurarme la cabellera, encontré un articulo, (que no va a ser el tema del que voy a hablar), de una de esas escritoras de la cual mi queridísimo me regaló un libro que nunca leí pero que sin embargo ahora me ha hecho pensar, y de aquí el post, por qué no quise leerlo. Os cuento.

Lo único que hice fue ojear la sinopsis y con las misma lo dejé en la estantería cogiendo el fundamento del polvo de los libros desterrados a la "antibiblioteca." Lo hice, porque este tipo de literatura ambientada en hechos históricos con amoríos de mermelada empalagosa, de culebrón radiofónico, de mujeres desgraciadas y dependientes emocionales del varón, no va conmigo. Yo creo que se debe a un tema educacional pues no va ni con mi madre, que las odia. En su niñez se pegó, durante unos cuantos meses, dedicando las noches a leerle las novelas de Corín Tellado a una vecina: hecho que le provocó un empacho de por vida con este tipo de novelas. Por eso, mi madre dice que se sabe el final de cualquier culebrón. Ha leído todo lo habido y por haber en la tierra y parte de la Galaxia sobre las dramones romanticones de seda y terciopelo con marca made in Spain, U.S.A o de la Chinaconchinchina. Así que lo único que le provoca, este tipo de producto, son arcadas.

Oseáse imaginemos por un momento lo que me podía haber encontrado. Por imaginación, que no sea. Y menos a mí: "lo que da de sí una revista de ésas... fashion..."

Nombre de la Serie: "¡¡BENDICIONES!!"

*Nota: Cualquier otra similitud, del título de la serie, con la realidad es producto de su imaginación. Lo hechos están basados en pura CIENCIA FICCIÓN. ¡LO JURO!

Trama:

Culebrón que combina a la perfección el drama, la comedia y el romance. Relata la historia de amor y desamor  de "La Granate" y Francisco José Ignacio Federico Juan Luis Alberto de todos los rincones de la Estepa, más conocido como (F.J.I.F.J.L.A)  o el Pijo.

La Sñá Guadalupe es propietaria de una hacienda, Bendiciones, en la que vive con su hijo, F.J.I.F.J.L.A. A la Sñá Guadalupe, le han diagnosticado una enfermedad terminal que sólo sabe ella, por lo que su mayor interés será dejar, antes de morir, casado a su hijo con una chica, la Petirosa, de bien, acomodada y con buena posición social. Pero aparecerá la Granate. Muchacha humilde y con problemas hormonales lo que no le impide mostrar otro tipo de aptitudes, como levantar pesas de 150kgr, o comerse una docena de huevos cocidos en una sentá. Destrezas qué llamarán poderosa, apasionada y fogosamente el interés de  F.J.I.F.J.L.A. por Grante, la mujer de fuerza hercúlea. 


Y Falco, el malo, malísimo. Sicario que contrata la Sñá Guadalupe para entorpecer el romance entre Granate y su hijo. Con lo que no contaba es que Falco se enamorará de Petirosa. Atracción que hará que olvide totalmente sus planes sanguinolentos. 


¡Un dramón!


Elenco:

La mala malísima, la "Sñá. Guadalupe." Madre del guaperas ricachón del Norte,

Quién tenga una madre así, le compadezco. ¡Qué fea la jodida! Aunque no sé yo qué es peor si ésta, o la Toya. Para mí que se dan la mano."


Francisco José Ignacio Federico Juan Luis Alberto de todos los rincones de la Estepa.
El "Pijo". Pelo a lo Justin Bieber . El jersey por los hombros y los náuticos, lo hace fácilmente reconocible. De carácter petulante, arrogante y vanidoso. Asiduo de los saraos de Marbella en verano y Baqueira en invierno....todo lo qué una mujer desea en un hombre, ¿no?

La pobre, zarrapastrosa, arapienta, pulgosa, (Adjudicarle un nombre ha sido difícil: todos los nombres relacionados con pedruscos están pillados: Rubí, Ámbar, Topacio, Cristal.. Así que opté por: " La Granate"), que se enamora de (F.J.I.F.J.L.A) el soltero de oro de azarosa vida amorosa.

"La Granate" en el transcurso del drama sufrirá una transformación: de patito feo winstrolado  a cisne libre de hormonas.

Y mientras, la mala malísima ( "la Sñá. Guadalupe"), hace lo posible para que su hijo se enamore de la otra mala malísima que está !cañón!

Rechula, repija, reguapa de la muerte, Petirosa y operada. Nunca lleva chádal, ni bisuta. Que se llena de gloria con frases como: " A quién no le guste la sociedad de consumo que se vaya a Cuba. O, ¡Ay, dame un Dior, qué estoy con un Rolex!" Que se ha hecho famosa por levantar novios a otras kitsch de la cultura del glamour y los diamonds.

"La Petirosa". Que se quedará preñada del malo malísimo, macho, machísimo del culebrón "Falco." Quien se ganará, a golpe semanal, en prime-time, la enemistad y antipatía del público femenino gracias a  sus retorcidas y maquiavélicas maldades.

El paradigma de la maldad televisiva, Falconetti. Auténtico símbolo de la maldad y la perversión.
¡Cómo me molaba!



Pero en el fondo, "Falco", está enamorado de la "Petirosa" la qué la mala malísima, la "Sñá Guadalupe", quiere para su  apuesto y conquistador hijo (F.J.I.F.J.L.A)....

...y así hasta el capítulo 3242349230912904 del año 2345...para que al final triunfe el AMORE y "la Granate" se convierte en cisne , (¡menos mal!), y se case con el Petardo del príncipe pijo, que ahora ya no es tan pijo.........Toooodas son iguales.

Pues con vista a lo previsible del libro, eso sí, en tono exagerado, pero que seguramente sería de este estilo: batiburrillo de amores, batallas, odios, celos, intrigas, maldades, estereotipos de género, lo dejé en manos de mi progenitora....a riesgo de que me lo tirara a la cabeza, pero no ha sido el caso. Creo que al final, como yo, lo tiene guardado en su "antibiblioteca."

Pero aquí no queda la cosa, sigo pensando y me pregunto, ¿los culebrones disfrazan la realidad? Si. No.

¿Hay qué hacer crítica de este producto televisivo? ¿Es una  estupidez? ¿Encierra realidades y como tal, algunas de gran calado social susceptibles de ser tratadas con mayor delicadeza por la carga estigmatizadora de sus contenidos, tanto en las mujeres como en los hombres? El consumirlas, ¿es  políticamente incorrecto? ¿Es un tema educacional dentro de la esfera sociofamiliar?

En muchas familias habrá, Sñás Guadalupes, malas, malísimas que harán cualquier cosa por proteger a su hijo de las garras de una pelandrusca para ella, el amor de su vida para su hijo. O quizás, no es tan descabellado pensar que incluso yo, cuando mi canijo esté en edad de conocer hembra, su MADRE, que todo lo puede, que todo lo ve, me convierta en ese híbrido entre Gollum y la Sra, Rottenmeier. UUuuuuuFFF!!! Repelús me da nada más de pensarlo...Es cierto, que las novelas, los culebrones televisivos, en este caso,  no surgen de la mente autónoma de un guionista, contienen elementos vividos de una sociedad y de una cultura, los cuales son maquillados, planchados y semiactuados por los actores y actrices para devolverles, a los televidentes, como bocado regurgitado e inflado; esas historias y "realidades" de la trama de las vidas sufridas de los personajes, historias que vienen a conectar de manera subjetiva y concreta con los imaginarios de los espectadores. Pero también, está en nuestras manos querer o no, consumirlo bajo el criterio de la libertad y el respeto a la dignidad de género y la proyección de estereotipos a nuestros hijos, en este caso. Y a pesar que dentro de la socialización de nuestros hijos conviven este tipo de contenidos debemos educar, sin censurar, pero sí con prudencia los contenidos televisivos que consumimos y por tanto que consumen, algunas o muchas veces, nuestros hijos.




¡Oiga, lo que da de sí una revista de ésas... fashion! 



3 comentarios:

  1. Lo romántico me gusta un rato será porque lo he racionado, no como tu madre que la pobre se empachó. Me gustan los libros, de muchos géneros, pero disfruto con los románticos, eso si, bien escritos. Y que te digo de las películas! hay algunas lacrimógenas que son mi perdición! ;)
    Besos

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  2. Pues yo Yaneth, qué va. No me gustan nada. Y mira que lo intento. Pero no. Nono. Pero bueno, de todo tiene que haber en la viña del señor, no?

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  3. jajajaj pues yo me he leído muuuuuuuuuchas de esas, pero llega un momento que cansan...es cierto que todas son iguales. Novelas de este tipo... Danielle Steel, todas son de amor-desamor aunque aún así tiene algunas que realmente son muy bonitas.

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