jueves, 22 de agosto de 2019

RECUERDA SER


Dejarnos vencer por el paso del tiempo será como dejarnos arrastrar a playas desiertas sintiéndonos sumergidas, acechadas, por el genio de la lámpara de Aladino, hacia las sombras inciertas de nuestros sueños de nuestras vidas. Por eso, hay que vencer al tiempo  participando, disfrutando de él cada segundo, cada minuto sintiendo que nos da la oportunidad de aprender a aprender quienes somos, de ser libres para identificarnos con aquello que una vez olvidamos SER, aquel orden preciso niñez, adolescencia, juventud,  madurez. Cada etapa nos arma nos protege, como la cáscara a la fruta, nos recuerda una palabra, una imagen, un sueño, una puesta de sol, un viaje, un beso, una ruptura, un nacimiento, un deseo, una comida, una escapada, miles de imagenes pensadas o escritas. Ahora en la madurez tenemos la oportunidad para observar la bóveda celeste y contar las estrellas una a una, sin prisa, aunque sean millones. Ahora podemos decir NO a aquello que nos turba o incomoda, recuerda SER. La deshidratación de la piel, las incipientes líneas de expresión, la flacidez, los cambios de humor o cualquier otro síntoma de este tiempo no debe ser barrera para sentirnos bellas, recuerda SER. Hemos de estar por encima de la cosmética y la estética sin sentirnos prisioneras del corsé social. Carpe Díem. Vivir. Darte cuenta de lo esencial. De las mañanas soleadas, la música, el café, como dijo Enrique Vila-Matas: " el quiebro al vacío y al tedio, el regreso diario al discurso propio y a la comprobación de que el camino verdaderamente misterioso siempre va hacia el interior" recuerda, hacia el SER. Comprender al fin que la realidad sin alterarse es también bella, que las imperfecciones hacen contraste con las perfecciones, y es en esa diferencia donde se encuentra la belleza, nuestro verdadero SER. ¡RECUERDA!

domingo, 11 de agosto de 2019

SIESTA, ESQUIMAL, RUSA, CONGOLEÑA .

 El tiempo dicen que es oro pero quizás algún día se convierta en purpurina. El tiempo se escurre, se dilata, se derrite, se esfuma. Hace calor y el reloj de pared parece hacerlo más presente con el incesante tic tac. Es desquiciante. Quien coño mandaría a la abuela  comprar ese reloj de marca china. Dice que su amiga Fina le ha dicho que es lo último en tecnología en precisión y maquinaria yo añadiría, como plus, que ese diabólico tic tac forma parte de ese humor, cínico, amarillo para tocar las pelotas a los inquietos y estresados occidentales. Creo que ese es su verdadero valor estético. A la mierda el maldito reloj de diseño. Hubiese sido mejor hacerse con una clepsidra, más vintage y ecológica.
5 de la tarde. 37 grados. No puedo más. Ahora sin nada que me marque esta agónica canícula me siento extraña. Los humanos somos por naturaleza dependientes. De apegos tardíos. Pienso en la letra de MClan: "Filosofía barata".
Me invaden los recuerdos. Miro hacia el techo e imagino que es una gran pantalla de cine e inicio mi particular proyección. Agua fresca, río. Camiseta de tirantes, noche. Litro de cerveza, amigos. Fortuna, paquete y medio. Piscinas, noche, furtivos. Besos, furtivos. Excursiones, risas, borracheras. Música, punk español. Más besos, líos. Amigos, amigas. Verano, sin tiempo. Amor. Recuerdos.
En fin, hay que mirar hacia delante.
Tengo que dormir. Quiero dormir. Quizás es un deseo desmedido en esta época del año, ahora lo veo claro: "No desees aquello que será imposible conseguir".El pesimismo acecha. El desánimo también. La calor es una mierda.
6 de la tarde. 39 grados.
Se acabó. No puedo más. Desearía ser una esquimal. Según la teoría de mi sobrino de 11 años no sería difícil porque la piel se te hace al entorno, al territorio que habites. Congo, congoleño. India, indio. China... No, China, no.
Suena el teléfono. Atiende la abuela. Chicarrona del norte obsesionada con la puntualidad. Antisocial de 9 a 10:30 de la mañana. Hora en la que aprovecha para hacer la compra en un desértico Merca 80. Dice que la gente es cansina que en vez de comprar se dedican a charlar y para ella su hora de socialización se inicia a partir de las 10:30 con un café con leche con sacarina y media de churros. La abuela debería vivir en Rusia del XIX. La teoría de mi sobrino encajaría a la perfección: abuela bolchevique con voz de potencia desmesurada desafinada como la de asurancetúrix. No practicante de la pedagogía del apego sino de la del "quetepego". Más radical que eso. Descuelga el teléfono. Buenas tardes. Buenas tardes. Le llamamos de Endesa. Ah, bien, ¿y qué quieren? Queremos hacerle una.... A ver, ni una ni uno. Señorita, dígale a sus jefes que si van a hacer un descuento en la factura de la luz que lo hagan pero que no molesten ni me hagan perder el tiempo con estas gilipolleces. Buenas tardes. A la abuela hay que pillarla a partir de las 10:30 de la mañana. Lo que yo te diga.
Me gustaría despertar de una siesta de esas que cuando abres los ojos no sabes ni quien eres. Es un deseo como el de ser esquimal o congoleña.
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