viernes, 25 de septiembre de 2015

Cuando Bruno llegó






Cuando Bruno llegó la ilusión se hizo latido, y el latido corazón. 

Cuando bruno llegó la inquietud golpeaba el nido llenando de culebrillas mi vientre, pero el tiempo sumaba vida y restaba ansiedad.

Cuando Bruno llegó hubo verbena, lluvia de flores, se inundaron los cauces de los ríos mientras al unísono todas las voces hablaron de amor.

Cuando Bruno llegó no quiso engañarme con una mitad o una cuarta parte de amor, no. Él lo hizo con la ceguera de los corazones nobles,  con la agonía del que quiere toda la felicidad para él. 

Cuando Bruno llegó se brindó en las tabernas, las luciérnagas volaron y las musas regalaron canciones.

Cuando Bruno llegó la emoción cuadró su rumbo; la cabeza entre los pliegues del amor rompió luz en un mes de Septiembre y el tic tac del mundo dió su aprobación para gritarle a la felicidad que construiría paraísos alrededor de tí. 

Cuando Bruno llegó se brindó en las tabernas, las luciérnagas volaron y las musas regalaron canciones.

Y la ilusión cumplió sus cuentas y se pasó del latido a la caricia, a la mirada que guarda la inocencia de todo lo que soy ahora , de todo lo que eres ahora en mi: ese atardecer donde dar reposo al corazón.

Cuando Bruno llegó hubo verbena, lluvia de flores, se inundaron los cauces de los ríos mientras al unísono todas las voces hablaron de amor.

Cuando Bruno llegó descubri tanto de mi que me siento dichosa por tenerte aquí por darme días de tanta alegría como los que a un devoto reserva Dios para sentirse bienaventurado, y suceda lo que suceda ya no puede decir que no ha gozado de los placeres, los más puros placeres, de este mundo. 

Cuando Bruno llegó se brindó en las tabernas, las luciérnagas volaron y las musas regalaron canciones.

Amor, Feliz Cumpleaños! Te Quiero!
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