sábado, 27 de agosto de 2011

Por mi nieto: Ma-to

Una de las cosas que he observado en estas vacaciones es como los abuelos de Bruno, mis padres, han estado bajo una especie de hechizo bobalicón con las garambainas y pamplinas del benjamín. Ser abuelo/a, ¿realmente afecta al sentido común? O, ¿ al darles la opción de la inmortalidad en la memoria de sus nietos/as justifica hacer de cuidadores, compañeros de juegos, contadores de historias, transmisor de valores, el pino con la orejas? De todo ello he sido testigo estas vacaciones. 
Pero en esta experiencia de ser abuelo/a también hay diferencias, tipologías, competencias en las relaciones con otros abuelos: en esta nueva historia lo he observado. Y he diferenciado cinco tipos, en particular de abuelas:
1. Abuela agradable: muy escasas, menos mal, las detesto. Son extremadamente simpáticas, hasta el aburrimiento.
2. Abuela coñazo: no para, no para, no para de controlar y de saber todo, todo, pero, todo, todo.
3. Abuela historietas: se caracteriza porque siempre cuenta la misma historia un millón de veces. O también se las conoce por inventarse palabras como cuchibamba (refiriéndose a corchopan).
En cuarto lugar está la que catalogo como "Abuelatus". Se trata de una abuela omnipotente. Un ser mutante descendiente directo de Espartacus, Chuck Norris y Don Vito Corleone. Que bajo ningún concepto admiten que sus nietos/as sean inferiores a los de los demás, a pesar de que el niño sea un "Tronco", el angelito. Y no digo ya, críticas, burlas o mofas. La abuelatus orgullosa y llena de vanidad, incapaz de admitir una derrota frente al gran pater o mater, con un empeño propio de cultura nipona, no cejará, en el caso de sufrir alguno de estos hechos, hasta que sus nietos no salgan airosos y triunfadores frente a los demás abuelos con los que comparten anécdotas de sus nietos.
La quinta y última categoría es la de: "Abuela Ministra del Interior". Son aquellas abuelas que suelen tener una relación más estrecha e íntima y que incluso actúan como madres sustitutas. Son mujeres activas y están demasiado involucradas emocionalmente. Abuelas que organizan, planifican y gestionan la vida de sus nietos; normalmente por delegación deliberada de sus padres. Con esta descripción ya se pueden hacer una idea de que cuando se trata de compartir anécdotas con otros abuelos, sus nietos siempre serán los precoces y desarrollados antes de lo acostumbrado; los más espabilados; los más parlanchines...etc,. Y la verdad, no sé si esto esconde algún tipo de frustración en la crianza de los que ahora son padres y antes fueron hijos/as.
Estando en el parque, mi madre, coincidió con una vecina que también estaba acompañada por sus nietos. Los nietos de 8 y 4 años respectivamente según mi madre son dos "siesos repelentes" y con menos arte y gracia que Maxim Huerta(no he visto hombre con menos gracias que él). Compartiendo un tinto de verano, unas tapas, chuches y juegos con los niños, mi madre se percata de que el pañal de Bruno está bastante cargado de pis y que va siendo hora de cambiarlo. "Uy. Voy a cambiarle el pañal al niño. ¡Que mira! Casi lo va arrastrando". Dirigiéndose mi madre a la otra abuela. De estas, salta la abuela    con tono altanero: "Ah, ¿pero es que todavía no hace pipí sólo?" Mi madre, rápida, llena de coraje le salta sin pensarlo: "¡Qué dices! Hasta que no cumpla los dos años no empiezan con el tema del pipi." La otra interlocutora, sin ningún tipo de prudencia, es más, con un tono bastante chulesco dice: "Ah, pues mi niño el mayor antes de los dos años ya hacía el solo pipi."A mi madre ya se le estaban inflando las narices y la señora le estaba tocando los bemoles. Sin pensarlo dos veces, y con voz castiza le manifiesta: "Pues Bruno no hace pipí solo porque tampoco lo han puesto sus padres que sino, seguro que ya lo haría."
Cuando mi madre me contó el final de la anécdota, noté cierto aire picajoso aunque con remate victorioso sobre la historieta del aprendizaje, precoz, o no, de la micción de los nietos. Pero aún faltaba algo más a esta crónica entre yayas: "Pues no sé porque me dijo esa mentira. A su nieto, que lo conozco desde pequeño, no tenía los dos años y yo lo he visto con pañal. Ha sido envidia, de ver que Bruno es más parlachin y más simpático que los desabridos de sus nietos."
Está claro, las abuelas cuando intentan explicar como quieren a los/as nietas no saben como hacerlo. Al menos mi madre no. Ella lo ilustra con esta frase: "No sé. Querer a un nieto/a es algo muy especial. Es diferente." Esa incapacidad para explicar el afecto y el amor, se responde y se descubre con este tipo de acciones: relatos que no deja lugar a dudas de su condición de madre y de defender lo suyo a cuchillo.
Los nietos, en definitiva, siento, y no creo equivocarme, que son una fuente de renovación biológica, de continuidad vital de autorealización emocional que les posibilita ser fuente de experiencia. Así lo he sentido este verano. Y espero que así lo sienta mi canijo.

lunes, 22 de agosto de 2011

felices vacaciones II

..."El viajar es un placer, que nos suele suceder. En el auto de papá nos iremos a viajar. Vamos de paseo pipipi en un auto feo pipipi pero no me importa pipipi porque llevo torta pipipi"...
Así, con la banda sonora de los payasos de la tele, y en concreto con la tonadilla "en el auto de papá", se desarrolló la segunda parte de este periplo vacacional hasta mi tierra mora.
Felices, contentos, satisfechos por el viaje tan estupendo que tuvimos, recogemos nuestro equipaje y nos dirigimos al mostrador de alquiler de coches. Siempre me ha cabreado mucho, una vez cerrado el contrato del coche, las explicaciones que te "lanzan"para encontrar el vehículo: "Salga del aeropuerto. Verá un pequeño montículo. Siga hacia delante. Luego gire a la derecha. Verá a una persona de nuestra agencia que le entregará la sillita para el bebé y que le indicará donde se encuentra el vehículo." Vale. Hasta aquí, todo bien. Bueno, no. Nada más salir del aeropuerto, equivocación. Teniendo el montículo justo delante de nuestras narices, lógicamente, al igual que cualquier mortal, en vez de ir por la derecha, que justo es donde estaba el badén, no sé porqué razón, o si tiene algo que ver con alguna ley física, nuestra tendencia es la de dirigirnos hacia la izquierda. Gracias que el trayecto no fue mucho, pero bastó para que comenzara el desbarajuste dentro del parking del aeropuerto.
Rectificamos, al igual que los pilotos de carreras, y ya en la dirección correcta y con la instrucciones memorizadas, giramos a la derecha y efectivamente la trabajadora nos estaba esperando con la sillita de coche y con bastante prisa. Y las prisas no son buenas consejeras."Señorita, ¿nos podría indicar cómo llegar hasta el coche?"La sevillana nos dice: "Clarooo, zi. Uté, zale ahora de agquí y ¿ve donde etá la máquina pa pagar el coshe? Po zigue reto. Verá un pazo peatone. Zigue, zigue, zigue. Luego a la deresha. Verá donde etán tó lo coshe de la caza de alquilé. Po tuerce a la iquierda y allí eta." Contestación nuestra: "Estupendo. Nos ha quedado clarísimo. Gracias." Boquiabiertos, estupefactos. Como dos pasmarotes y sin saber como, nos dimos media vuelta para iniciar nuestra particular Odisea.
Con Bruno en brazos. Jose llevando el carrito, que resultó ser más un estorbo que un apaño y motivo para aumentar la ansiedad del momento,- el puñetero carrito no iba derecho ni "pa trás"-, mi Ulises casi se deja, las cervicales junto con la garganta, soltando improperios y blasfemias al amasijo de hierros con ruedas. Por fin, encontramos el coche: creo que jamás me había encomendado tanto a un santo como en esta ocasión.
Dispuesto el equipaje en el maletero; Bruno en su sillita; yo junto a él; y Jose conduciendo, partimos rumbo Granada. Ahora la prueba siguiente era: Salir del aeropuerto. Primer obstáculo: encontrar la indicación de salida. Cómo ya he comentado al principio, la tendencia fue la misma: ir en dirección contraria para salir al acceso de autopista. Esta vez los candidatos a recibir los insultos fueron: AENA, la empresa que gestiona el parking, Obras Públicas y si me apuras, hasta los mismísimos Payasos de la tele que se escuchaban de fondo haciendo las veces de censura sonora a cada blasfemia que se soltaba en el interior del coche.
Salimos y, segundo obstáculo: programar el GPS. El GPS se rie de mi queridísimo haciéndole dar vueltas sin parar en una rotonda, cual tiovivo; lanzándonos hacia una base militar en el culo de Sevilla. Hasta que, tras el correspondiente insulto al cacharro (¡Me cago en el puto chino que te fabricó!) y vuelta a restablecer la ruta;  por fin nos vemos, sin saber cómo en la A92 hacia Granada "Tierra Soñada por mí".
Por fin, las vacaciones iban a comenzar. Por fin, la caló, las cervecitas y el tapeo. Por fin, la Operación "XXS" iba ha hacerse realidad: Xola, Xiringuito y Sol. Bienvenido querido verano!!!

sábado, 6 de agosto de 2011

Felices Vacaciones I

¡¡Felices vacaciones!! A pesar de que la intención es esta: disfrutar, no hacer nada, bañarse, cerveza, tapeo y olgazanear mucho, mucho. En este momento de nuestras vidas, y a esta altura de la película, parece que no nos hemos enterado de que la palabra, planificar: no forma parte de nuestra actual situación. De hecho, la noche antes de partir rumbo a mi tierra querida, Bruno nos sorprendía con un pico de fiebre y con una de sus, ya olvidadas, pero necesarias purgas de mocos, que nos hacían presagiar que el comienzo de unas maravillosas vacaciones estivales se verían truncadas por un virus entrometido y agua fiestas. 
Las 5.30 de la mañana. La noche, prácticamente en vela. Suena el puñetero despertador. Remoloneando y pensando, al igual que hacía una amiga de infancia: "Que llegue la noche para poder dormir otra vez", (a esto se le llama vagancia extrema). Nos levantamos más zombies que, que. Hasta eso de las 6.30 no comenzamos a cruzar palabra mi queridísimo y una servidora. Aunque mi dulce "romeo" farfulló una palabra nada más verme:"¡Qué!" Mi contestación no se hizo esperar. Con la cara de un indio con las pinturas de guerra, le manifesté con una subida de hombros, que estaba echa una verdadera piltrafa y que a ver quien se metía ahora, 11horas de viaje ¡Cuanto significado tiene el lengua no verbal! ¡Y qué listo mi queridísimo que ni me rechistó!
Después de dar......una ciento cincuenta mil vueltas, motivadas por la falta de sueño. Y después de haber comprobado, otras....ciento cincuenta mil veces que no faltaba nada, siguiendo ordenes de cabo furrier Gálvez. Ponemos rumbo al aeropuerto Norte. Viento, no. Nublado, no. LO SIGUIENTE. El clima perfecto para coger un vuelo. La cara del oficial Gálvez era todo un poema. Y la mía: de nuevo recurría al lenguaje no verbal. Mueca con la boca, bufido y mano en la cabeza. Recurriendo a una de mis frases favoritas, -cuya autora provoca en mi un instinto asesino, debido a esa continua repetición de palabras y frases, DORA LA EXPLORADORA-, suelto la expresión trillada: "ÁLA. FIESTA TRÍO."
Pasado el percance climatológico. Llegamos al mostrador de facturación. "MALETAS". ¡¡Qué gran tema!! Desde el lunes llevaba preparando la dichosa maletetita, aunque de maletitia tenía más bien poco. Cada vez que mi queridísimo la veía expuesta en el cuarto de invitados, lo único que se le oía decir era: "Dios. ¿Y todo eso vamos a llevar? Mira que como nos pasemos del peso nos van a meter una clavada de mil pares." Mi respuesta, recurrir a la amenaza que siempre funciona con los hombres, en estos casos: "Eso se arregla fácil. Hazla tú."Fin del conflicto. No hay cosa que me de más coraje en esta vida, (bueno hay otra, llevar calcetines de color blanco con zapatos), que los aprendices de adivino o vaticinadores de tres al cuarto. Ahora, resulta que mi queridísimo se ha convertido en uno de ellos. Cómo decía, mostrador de facturación. Mostramos todos los documentos. Llega el momento de subir la maleta a la cinta. No se como decirlo. A ver. A José casi le da un colapso. Y a mí casi me fulmina con la mirada. La profecía de: "TE LO DIJE. ¿VES? TE LO DIJE, QUE ERA DEMASIADO EQUIPAJE", se iba a cumplir. 32 kilos de peso. La azafata de tierra nos dice que nos pasamos en un kilo. Que por normativa en prevención, los trabajadores nos pueden levantar más de 31 kilos. "!!No-me-jo-...-as!!" Pensé. José mientras, histérico. A punto de sufrir convulsiones. Me mira, cual inquisidor general para decirme: "¿Y ahora que hacemos? ¿eh? ¿qué hacemos?" No es por nada, pero mi pericia me avala y me precede al igual que Macgyver. "Abre la maleta. Saca los neceser." Dice el papá en apuros: "¿y dónde los metemos? Le contesto. "En mi bolso. Y en la mochila de Bruno."Ahora ya sabéis porqué las mujeres llevamos los bolsos tan exageradamente grandes, por si en el aeropuerto no te facturan la maleta y así  poder cargar los neceser.
El vuelo se desarrolla sin contratiempos. En tierra ya, con todo el equipaje perfectamente dispuesto en el carrito nos dispusimos a emprender la segunda parte de nuestro viaje Sevilla-Granada en carretera...



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