¡Qué nervios! Me repetía una y otra vez. ¿Estará bien? ¿Llorará? ¿Extrañará? ¿Llamará a Papá y Mamá? ...
El colegio. Sí. El inicio de la tercera etapa dentro de la evolución psicosocial de nuestro pequeño Yoigo.
Hoy se ha estrenado. Y de nuevo, dándonos lecciones de madurez Yoica. Demostrando, YA, en tierra andalusí, controlar una creciente sensación de afirmación de la voluntad de un Yo naciente, aunque ello llevara encadenado una firme y disciplinaria oposición, con vehemencia y terquedad. Dejándolo claro con frases como: "Yo sólo, Mami." O, "¡déjame!" O, "ya soy un niño mayor." ¡Aaaayyy mayor! ¡Alma de cántaro! Comienza a experimentar su propia voluntad autónoma.
Su padre y aquí la que escribe, éramos como dos raquíticos chihuahuas, temblorosos e inquietos. Mientras nuestro angelito nos dejaba con el culo torcido y la cabeza patrás con su "aquí estoy yo más ancho que pancho." "¿Papá y Mamá? AH! Esos dos badulaques pusilánimes, incrédulos y desconfiados. Diles que NO ESTOY..O mejor, que vuelvan en tres horas."
Su padre y aquí la que escribe, éramos como dos raquíticos chihuahuas, temblorosos e inquietos. Mientras nuestro angelito nos dejaba con el culo torcido y la cabeza patrás con su "aquí estoy yo más ancho que pancho." "¿Papá y Mamá? AH! Esos dos badulaques pusilánimes, incrédulos y desconfiados. Diles que NO ESTOY..O mejor, que vuelvan en tres horas."
Qué razón tenía mi padre cuando decía: "Hija, el canijo va a ser el Cherif." Pues ni Rhapel hubiera podido predecir mejor el carácter de mi cachorro: libre, locuaz, imaginativo, activo, demasiado activo, con copioso excedente de energía, dejándote aniquilado, kaput, en un nanosegundo, independiente y preguntón. Tan preguntón que creo que eso es lo que le está permitiendo tener esa iniciativa, precoz y prematura, sentando las bases de un sentido propósito de alcanzar lo que quiere sin despeinarse gracias a ese derroche de simpatía y salero utilizándolo como arma de destrucción masiva de voluntades familiares o ajenas. O sea, que no le hace falta tener a nadie a su vera en cuanto a lo que la socialización o el apego filio-paterno-marental requiere. Mi canijo es como Juan Palomo: yo me lo guiso, yo me lo como. Y nosotros sin querer enterarnos. Sin querer confiar en él. En sus posibilidades. En lo que puede hacer, junto con lo que es capaz de hacer.
Mi canijo ha comenzado el cole. Su primer día de cole. Feliz como una perdiz. Entrando por la puerta grande, con locomoción vigorosa, con curiosidad pasmosa, entrando en el campo visual de los demás , compañeros y profesores, con querencia. Inaugurando su presencia y dejando huella con la primera frase de sus maestros: "Éste niño, ¿de tímido nada, no?"...
No nos queda NADA...agárrense los machos!!!
No nos queda NADA...agárrense los machos!!!
Maestra! Tienes un diamante en bruto :)
ResponderEliminarSi, pequeña libélula: también, bruto y diamante!!! jajaja...
Eliminarbesacos con achuchón
Cómo no!!!!!
ResponderEliminarSi tu eres su madre, tu niño no podía ser diferente!!!!
Menudo par de cracksssss!!!
Muakkkksssss
Tú si que eres una crack!! Sister, guapa!!
EliminarBesazo.
Que campeon!!, pequete es igual de autosuficiente, activo y ademas es cabezon como el solo.
ResponderEliminarNo solo nos ha dejado con el culo al aire en el cole si no q casi nos da una patada en el para q nos fuesemos.
Pero q gusto de niños, la verdad.
Besicos
jajajaja...si...son una maravilla. Listos como ellos solos. Estoy pensado que si los juntásemos a los dos, sería LA BOMBAKA...qué peligro, mi maree e!!!
EliminarBesos apretujaos...