lunes, 25 de abril de 2011

El via crucis de Papá

La Pasión de Cristo recrea los agónicos y redentores eventos que tuvieron lugar durante las últimas doce horas en la vida de Jesús de Nazaret. Yo voy a contar las "24" horas de mi habitual Pasión y el vía crucis que padeció "mi queridísimo" éste Jueves Santo.
Jueves Santo 7:00 de la mañana: ¿Quién ha dicho que en vacaciones se aprovecha para dormir más? Me río yo de esa frase. Para mí, al igual que para "mi queridísimo" el horario no ha sufrido ningún cambio: nosotros a las 7:00 en pie. 
7:30 Bruno pide a GRITOS Bob Esponja , junto con un desesperado, repetitivo y reiterado: "QUELE BIBI MAMITA. QUELE BIBI MAMITA," me veo sometida a una persecución a ritmo de un gimoteo fingido y pose impertérrita de mi hijo haciendo de centinela en la primera visita que hace cualquier ser humano una vez que se levanta: IR AL BAÑO. Intento respirar profundamente ocultando mi cabeza entre mis manos, para abstraerme de la persistente tozudez de mi pequeño déspota matutino. Aunque de nada sirve.
7:40 "MAMI, MAMITA, BIBI. MAMI, MAMITA BIBI". Como el que hace oídos sordos. Así todas las mañanas. Cojo al niño e intento articular mis primeras palabras. Previamente caliento mandíbula moviéndola de un lado hacia el otro, tomo aire y... Brotan estas tres palabras: "BRUUUUUUUNO, POR DIOOOOSSSSSS ". 
7:50 de la mañana.Enfurecida en la cocina, preparo el "DICHOSO" BI-BI. Mientras, la fiera descansa en el salón coreando a viva voz: "BIIIIBI, TITITI. BIIIIBI TITITI." 
8:00 de la mañana, primera estación "BIBI MAMITA" cumplida.
De 8:00 a 10:00 el cuidado de Bruno se comparte con "mi queridísimo".Entre tanto y tanto preparo la comida.¡Ay! La comida. Esto ha sido otras de mis grandes batallas en esta Semana Santa de Penitencia. Preparar menú para almuerzo y cena. HO-RRO-RO-SO al igual que agotador y poco gratificante si finalmente se empeña en no comer después de haberte pasado media mañana metida en la cocina y habiéndome exprimido, previamente, las meninges eligiendo el menú que contenga "los ingredientes" con mayores vitaminas, proteínas, hidratos...Y de todo. Para que en cuestión de dos segundos "el niñito" te diga: "NOOOO QUELE. NOOOO QUELE. YOGUL MAMI. YOGUL." Pero la experiencia me ha enseñado ha tener preparado un "PLAN B": las croquetas de las abuelas. A Bruno, en breve sólo me faltará rebozarlo para que su aspecto sea igual al de una de ellas. 
En fin. 10:30 descanso en casa. Bruno hace su primera siesta. De repente, se produce una carrera frenética para hacer de todo. Fregar platos, recoger casa, poner lavadora,tender ropa de una lavadora anterior, hacer camas, internet: contestar e-mail, facebook, ducha y vestirme...Todo eso... en un tiempo récord: ¡¡MEDIA HORA!! Lo juro.
11:00-12:30. Este periodo transcurre entre juegos y algún que otro llanto consecuencia de un porrazo causado por una acción kamikace de mi temerario pequeñajo,   
12:30. Hora del almuerzo. No podía creerlo. Mi via crucis, en la estación "calvario a la hora del almuerzo", no iba a suceder. Bruno, como un campeón se los comió "todo, todo, toooodo." 
13:00 Con gesto de madre satisfecha porque mi niño se comió la "CHICHA", nos dispusimos a salir a comer sin pensar, ni tan si quiera sospechar que la fatalidad se cerniría sobre nosotros  en cuestión de 15minutos. 
13:30. Dispuestos, felices, a punto. Bruno interpretando un popurrí de su playlist con dos de los tops ten de esta Semana Santa: "CUMPLIAAAÑOOO FILIIIIIII. TI DISIIIAMO TODO. BIIIIEN. OTA, OTA." "CALLIOU. SOY CALLIOU. LA, LA, LA..." 
De repente, Bruno en una decisión unilateral sufre un brote bipolar y comienza a gritar: "APACA, PAPI" "APACA PAPI". Mi queridísimo, en principio controló los nervios. Con una voz aún suave y dulce intentó calmar la furia encolerizada del retoño: "BRUNO, ESTAMOS EN LA CARRETERA. AÚN NO HEMOS LLEGADO. QUEDA POQUITO." Bruno: "NO PAPI. APACA." A partir de aquí comienza el llanto sin límite, sin fin, desproporcionado, desmedido. El padre, histérico, sofocado, nervioso, al borde del colapso. Vaticinando lo peor. Yo, apretando la boca,las manos. Encomendándome a todos los santos para que mi vástago no repitiera otro episodio catastrófico con daños colaterales irreparables. Pero nada se pudo hacer. El TSUNAMI II no se hizo esperar. De nuevo la hecatombe, el cataclismo en nuestro coche. Nuestros planes de Jueves Santo, estación "Comida tranquila en Güimar" acabó en el Polígono Industrial de dicha pedanía. Esta vez el que organizó y planificó la misión: "Bruno se arroja" la dirigió el padre de la criatura. Sin mediar palabra. Bueno, algún que otro improperio y blasfemia salió de su boca. Pasada la escena, volvió la calma, la paz, el sosiego. Llegamos a destino. Almorzamos tranquilamente. Y regresamos a casa. De vuelta, analizando el porqué Bruno se puso como se puso llegamos a la conclusión que quizás, cuando Bruno tenga 5 o seis años conseguiremos pasar de Caletillas, Dios Mediante!!
La tarde transcurre sin novedad en el frente. Tarde tranquila, serena, plácida. Pasamos a la última estación del día, la hora del baño y cena. Todo perfecto. Sin embargo, el día aún nos deparaba otro hecho sobrecogedor , estremecedor y terrible para "mi queridísimo". En el sillón, dándole el biberón a Bruno en su pausa del ritual lactante se baja del sillón y se pone todo serio y concentrado delante del televisor. Comienza a ponerse rojo con un pimiento y a apretar con un fuerza hercúlea. De repente una aroma, una fragancia un efluvio fétido. Efectivamente, Bruno se había desahogado. El padre, decide cambiarlo. Cual fue su sorpresa que cuando le quitó el pañal lo que creímos podía ser desmedido, colosal, mayúsculo, exorbitante por nauseabundo, hediondo y maloliente resultó ser dos miserables y ridículas pelotillas de chivo. Pero justo en ese momento en el que con un ¡OOOOO! y un ¡Buag! "mi queridísimo" manifestaba su desilusión, justo, justo...¡¡ZAS!! MISIL DE CORTO ALCANCE EXPULSADO Y DIRECTO AL OBJETIVO: EL PADRE DE LA CRIATURA.
El padre, entre llanto, risa, sollozo, gimoteo se dirigió a su hijo manifestándole su rendición, su capitulación y derrota por la PENITENCIA DEL JUEVES SANTO: "YO YA NO PUEDO MÁS. DIOS, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?"  
La lectura de esta peripecia: El aprendizaje repentino y desprevenido debido a un accidente inesperado puede hacer que cambie, en cuestión de segundos, el estado de las cosas. Con lo cual, armarse de paciencia y en mi caso, llevar siempre una gran maleta llena de mudas. 

1 comentario:

  1. "¡¡ZAS!! MISIL DE CORTO ALCANCE EXPULSADO Y DIRECTO AL OBJETIVO: EL PADRE DE LA CRIATURA."

    jua jua jua jua jua.....

    César

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