11 de la mañana. Suena el teléfono.
¿Si?
¡Yoliiiii!
¡Mi madre! ¡Hostia!
Suelto un taco porque normalmente con mi madre soy muy rutinaria en esto de las llamadas de teléfono. Solemos hablar cada dos días, o así. Así que llamarme el día después, justo cuando el día de antes habíamos estado chismorreando, más de media hora, sobre la boda a la que asistí el sábado, cuanto menos me extrañó.
Suelto un taco porque normalmente con mi madre soy muy rutinaria en esto de las llamadas de teléfono. Solemos hablar cada dos días, o así. Así que llamarme el día después, justo cuando el día de antes habíamos estado chismorreando, más de media hora, sobre la boda a la que asistí el sábado, cuanto menos me extrañó.
¿Qué pasó, ma? ¿Pasa algo?
Antes de nada, tengo que comprobar que todos están bien para descartar una posible salida de emergencia. Cuando suelo recibir este tipo de llamadas, fuera de hora, me imagino cuál sería mi reacción: como una loca, desbaratada. Haciendo equipaje, buscando billete. Corre, que te corre. Estas llamadas me ponen en alerta. Es igual que cuando las recibes a esas horas tan poco corrientes y normales en un hogar español, de noche. Normalmente piensas que es algo malo. Cuando suena, mi reacción siempre es la misma, mirar a mi queridísimo y preguntarle: ¿quién será? Y él ¡qué carajo va a saber! A caso, ¿es adivino? Hombre, algo de adivino sí que tiene: siempre sabe dónde está....No. No es adivino. Pues bien, con la prisa del que se le escapa un tren la ley de murhpy haciendo de las suyas, estampando tú precioso dedo gordo del pie con la misma puñetera esquina de la librería que hay justo al lado del teléfono, (qué ya tienes callo de las veces qué te has dado), descuelgas y escuchas: "Buenas noches, señora. ¿Podría concederme unos minutos para in....?" "Pi-pi-pi-pi-pi....." No doy opción: soy de las qué cuelgo. ¡Clan! Me conozco: perdería los papeles. A esas horas, después del sofocón, lesión de dedo gordo, asignación de dotes adivinatorias a mi queridísimo y lo más importante, la cara de IDIOTA que se me queda: MA-TO!!!
"Naaaada. No pasa nada. ¡Mira! Dime cómo se desbloquea el móvil de tú padre que no sé lo que ha hecho."
¡Joder! Casi me caigo "pá trás." Vosotros no sé, pero en mi familia hay una costumbre: aprovechar las habilidades de alguien para, por y en beneficio de la familia. Normalmente se trataban de tareas que requerían; buen estado físico, por ejemplo, cuando había que buscar un número en la guía de teléfonos. "Yoli. Busca el número de la .... qué tú padre no ve." O un don para la caligrafía: "Yoli. Escribe el menú del día, qué tú tienes una letra muy bonita y la de tú hermano es horripilante." O cierto manejo en las incipientes y novedosas, por aquel entonces, NTIC (Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación.) "Yoli. Mira a ver el móvil de tú padre que lleva unos "DÍAS!!!" con un PI...PI.. y no sabe quitarlo." Esta última habilidad me ha marcado de por vida. Para muestra un botón. A pesar de los 2000 km de distancia, con todo el mar Atlántico de por medio y con dos horas y media de vuelo, pues aún así, sigo vinculada a un derecho de servidumbre tecnológico con mis padres.
"A ver mamá. ¿Te pone algo en la pantalla?..."
"Si, pero no lo veo muy bien..."
O, o. Esta frase anunciaba una catástrofe, una hecatombe, un cataclismo. Como cuando lees en las indicaciones de un producto; "no toque el.., no tire del..., no use con.....puede tener consecuencias graves para su salud....Y vas, y tiras. Pues yo tiré, aun a sabiendas de que mi madre iba a provocarme un "leve" trastorno nervioso transitorio durante el transcurso del "soporte técnico-doméstico. A pesar de ello, ignoré mi propia advertencia.
"Jo. Pues empezamos bien, mamá..."
"Dice: "teléfono bloq.- pulse * y # ... "
"Pulse almohadilla y asterisco, a la vez mamá...Mamá...mamá...MAMÁ!!!..."
"Ay, qué sí! Estaba intentando pulsarlas pero no las veo y si hay que pulsarlas a la vez, ¡apañados vamos!.."
Nada, esto no funciona. Se me ocurre otra forma de solucionar la incidencia, que por cierto es muy "original" y en casos de asesoramiento tecnológico "casero" es muy socorrida : apagar el móvil. Tarea sencilla, ¿verdad? Pues ¡NO!
"Mamá, en el teléfono hay unas teclas con el símbolo de un teléfono colgado, en color rojo, y otro descolgado en color verde. Aprieta el rojo a ver si se desenchufa..."
Primer error, utilizar la palabra "desenchufar". No sé en qué carajo estaba pensando mi madre que me contesta: "¿Pero dónde busco el enchufe? ¿si el teléfono no tiene?..."
Respiro, y cuento: 1, 2, 3..."Mamá. Símbolo rojo. Teléfono. Aprieta..." Me faltó decir ,"Jau."
"Esto no hace nada Yoli..."
"Vale, pues busca el botón de desconectar."
Meeeeeeeeeecccc......Segundo error. Utilizar "desconectar."
"¿De qué? ¿Desconectar? ¿De dónde?...."
"Del satélite al qué está conectado, ¡no te fastidia! MAMAAAAA!!! Aaaayyyy!!! Suspender, cortar, detener, interrumpir, desenchufar, off....¡¡A-PA-GAR!! Mamá, ¡¡¡A-PA-GAR!!!"
"Ah, vale A-PA-GAR....Ya está...Gracias hija...¿Todo bien? Pues, ¡hala! Hasta mañana. Un beso."
Un consejo: todo lo que tenga botones del tamaño de una nuez, aléjenlo del radio de acción de tus padres. La consecuencias pueden ser irreversibles sobre la salud.
"A ver mamá. ¿Te pone algo en la pantalla?..."
"Si, pero no lo veo muy bien..."
O, o. Esta frase anunciaba una catástrofe, una hecatombe, un cataclismo. Como cuando lees en las indicaciones de un producto; "no toque el.., no tire del..., no use con.....puede tener consecuencias graves para su salud....Y vas, y tiras. Pues yo tiré, aun a sabiendas de que mi madre iba a provocarme un "leve" trastorno nervioso transitorio durante el transcurso del "soporte técnico-doméstico. A pesar de ello, ignoré mi propia advertencia.
"Jo. Pues empezamos bien, mamá..."
"Dice: "teléfono bloq.- pulse * y # ... "
"Pulse almohadilla y asterisco, a la vez mamá...Mamá...mamá...MAMÁ!!!..."
"Ay, qué sí! Estaba intentando pulsarlas pero no las veo y si hay que pulsarlas a la vez, ¡apañados vamos!.."
Nada, esto no funciona. Se me ocurre otra forma de solucionar la incidencia, que por cierto es muy "original" y en casos de asesoramiento tecnológico "casero" es muy socorrida : apagar el móvil. Tarea sencilla, ¿verdad? Pues ¡NO!
"Mamá, en el teléfono hay unas teclas con el símbolo de un teléfono colgado, en color rojo, y otro descolgado en color verde. Aprieta el rojo a ver si se desenchufa..."
Primer error, utilizar la palabra "desenchufar". No sé en qué carajo estaba pensando mi madre que me contesta: "¿Pero dónde busco el enchufe? ¿si el teléfono no tiene?..."
Respiro, y cuento: 1, 2, 3..."Mamá. Símbolo rojo. Teléfono. Aprieta..." Me faltó decir ,"Jau."
"Esto no hace nada Yoli..."
"Vale, pues busca el botón de desconectar."
Meeeeeeeeeecccc......Segundo error. Utilizar "desconectar."
"¿De qué? ¿Desconectar? ¿De dónde?...."
"Del satélite al qué está conectado, ¡no te fastidia! MAMAAAAA!!! Aaaayyyy!!! Suspender, cortar, detener, interrumpir, desenchufar, off....¡¡A-PA-GAR!! Mamá, ¡¡¡A-PA-GAR!!!"
"Ah, vale A-PA-GAR....Ya está...Gracias hija...¿Todo bien? Pues, ¡hala! Hasta mañana. Un beso."
Un consejo: todo lo que tenga botones del tamaño de una nuez, aléjenlo del radio de acción de tus padres. La consecuencias pueden ser irreversibles sobre la salud.
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