Sábado de cumpleaños. Cumpleaños familiar, nada multitudinario. Entre juego y juego llega el cuarto invitado a la celebración. Se realizan los oportunos saludos hasta dar con el canijo, que se está divirtiendo como un auténtico Macaco.
"¡Pedro! ¿Conoces a Bruno?"
Pedro, encoge los hombros y con cierto tono socarrón dice. "No. Yo sólo conozco a Bruno Mars, el cantante." El niño, a sus 9 años demuestra tener un gran desparpajo humorístico.
Sin hacer pausa, después de este simpático chascarrillo, el canijo sale disparado cual cohete demostrando un gran interés y entusiasmo por la conversación. "¡Bruno! ¡Ven! Te voy a presentar a alguien."
El canijo reflexiona y da marcha atrás."Bruno, él es Pedro."
Pedro, resopla. Resopla y resopla dando la sensación de intuir algo que los demás ignorábamos.
A la vez que Pedro manifestaba su inquietud; el canijo demuestra estar más interesado por seguir el juego que por la presentación de un nuevo compañero de patio. " Hola, Pe..."
El nuevo amiguito cerraba sus ojos y tapaba sus oídos.
Frente a él, Bruno continuaba. "Pe...Pe...".
"No. No. No." Suplicaba.
Hasta que..."Hola, Pedo."
"¿Ves? Lo veía venir. Siempre me pasa igual. ¡Es una suerte poner en la boca de los enanos mi nombre!"
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