Hoy 8 de marzo nos
han querido callar y hemos dicho que no, que basta.
Hoy 8 de marzo, vamos
a dejar de sentirnos el segundo sexo, tal y como expresó Simone Beauvoir porque
vamos a decir que no, que basta.
Hoy 8 de marzo no
vamos a dejar que nada de lo que venga de la mujer nos sea ajeno porque vamos a
decir que no, que basta.
El Impero nos
quiere a sus pies para decirnos cómo respirar, cómo vivir, pero hoy vamos a
decir que no, que basta.
Hoy lo privado, lo
personal, es político, es acción cuando se agrupan discursos por la dignidad y
la igualdad.
Hoy cada una de
nosotras dedicará, desde cualquier espacio de participación, público o privado,
su reivindicación con la voluntad de conseguir cambiar la desigual realidad
porque vamos a decir que no, que basta.
Hoy 8 de marzo ni
tú, ni yo, ni él, ni ella, ¡qué más da! No convertiremos esto en una contienda,
en una instrumentalización política que contamine un deseo de igualdad porque
es justo decir no y decir basta.
Hoy miraremos sin
complejos, atentas y dispuestas, nuestros deseos físicos o emocionales,
nuestros ideales políticos, sociales o culturales, nuestras metas profesionales
o personales, porque nos pertenece ser libres por eso vamos a decir que no, que
basta.
Hoy hablaremos desde
un lenguaje inclusivo, diverso, democrático, real nada totalizador, exclusivo,
hegemónico, cerrado, porque sea portavoz o portavoza, miembros o miembras, jóvenes
o jóvenas, es un hecho que la sociedad ha cambiado y reformular lo
establecido es un ejercicio muy sano en un Estado democrático, garante de la
igualdad y de la libertad de expresión en cualquier tipo de género.
Hoy 8 de marzo
empieza todo, se dará continuidad a un proceso de reflexión para combatir la inercia
estructural, apenas erosionada por la políticas de igualdad, necesarias pero a
penas determinantes ante los desastrosos efectos de la doble jornada, la brecha
salarial, el trabajo reproductivo y de cuidados, del desigual estatus y acceso
a los recursos de hombres y mujeres, y todo rodeado de un tufo globalizador donde
los cuerpos de muchas mujeres se explotan y desaparecen ante un modelo de
patriarcado coercitivo y del consentimiento. Pero hoy, diremos que no, que
basta.
Hoy empieza todo
porque diremos No a la violencia machista para que se reflexione de la
dimensión política nuestros cuerpos y nuestras vidas porque somos sujetos políticos
y por ello se requiere un pacto de Estado que garantice mi seguridad, mi
libertad y combata las relaciones estructurales de poder, de dominación, que se
establecen sobre la mujer. Hoy es el día que gritaremos: “el no es no”.
Hoy 8 de marzo
empieza todo porque vamos a decir No, porque vamos a decir Basta, porque tal y
como lo expresa Amelia Valcárcel: “El telón se ha levantado porque la vergüenza
ya no carga en las espaldas de las mujeres como antes. Y muchas han sentido
esta pérdida de peso como una enorme liberación. En realidad, están hartas,
soberanamente, de obedecer al viejo que habla desde el asno y tolerar al matón
que exige en silencio. Han cogido gusto a la libertad, que también consiste en
que no te importunen, y han decidido creer en ella. Ahora lo que da vergüenza
es aguantarse”.
SI PARAMOS
NOSOTRAS SE PARA EL MUNDO.
HOY 8 DE MARZO EMPIEZA
TODO
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