Si, llega el año de la rima y con él, la hora de los recuerdos de la mirada atrás a veces con nostalgia y otras, con rabiosa y arrebatada premura por alcanzar el futuro.
De repente vienen a mí las primeras anotaciones de aquel bloc donde registraba, como el autómata contable en su libro diario, frías palabras, sin huella emocional, que pretendían guiarme, más por férrea disciplina que por dulce gozo, en esta travesía a la que me enfrentaba con la valentía de una principiante. Reviven, despiertan inquietudes y animosos deseos por que todo saliera bien; porque lo desconocido generaba inseguridad, miedo. Porque las expectativas eran miles y alcanzarlas, resolverlas con éxito, debía ser una meta, una exigencia para conmigo y para lo que definitivamente tomó forma, -como la pieza de barro del ceramista o el lienzo inmaculado del pintor-, apariencia, carne, hueso, alma un 27 de Septiembre, Bruno.
Palabras, en mi diario de abordo, con vocación de intención pero, ¿ cuál? Con franqueza, lo ignoraba. Lo único cierto es que me veía con una libreta, en blanco, cuyo destino era incierto; sin saber si mi pretensión era hacer de ella una guía médica o por el contrario hacer una crónica de confesiones para escupir todo lo que se me antojara, removiera, doliera, hiciera feliz o torturara.
Y hoy, cuando se cumplen cinco años desde que estás conmigo, vengo a desempolvar el testimonio de esas primeras horas contigo donde, aún entumecida y aturdida por lo pasado, intento reconciliarme con mi yo y dar paso a la otra persona que desde el umbral de mi corazón me pide permiso, me reclama conquistar parte de mi vida para ejercer un nuevo oficio: ser MADRE.
"Heme aquí:
Y hoy, cuando se cumplen cinco años desde que estás conmigo, vengo a desempolvar el testimonio de esas primeras horas contigo donde, aún entumecida y aturdida por lo pasado, intento reconciliarme con mi yo y dar paso a la otra persona que desde el umbral de mi corazón me pide permiso, me reclama conquistar parte de mi vida para ejercer un nuevo oficio: ser MADRE.
"Heme aquí:
Estoy agotada, horrible, aturdida, aterrada. Tan sólo han pasado siete horas desde el parto, y ya practicando la flagelación. Quiero pensar que consecuencia del potaje hormonal que padezco. Lo que está claro es que la mente no esta relajada y menos aún con una perspectiva clara y sosegada. Siento como si mi juicio y mi sentido común se hubieran ido junto con la placenta.
No me resisto a mirarme al espejo. ¿Masoca? Puede ser. Es lo que tiene pasarse 9 meses tan sólo divisando los pulgares de mis pies. Dirijo mis manos hacia mis pecho, son como las ubres de una vaca, como un kiwano africano, ovalados y rodeados de millones de bultitos. Están duros como un diamante; doloridos e hinchados como el tamaño de un globo aerostático creo que me van a explotar.
Vuelvo a mi cama, me recuesto con dificultad. Dirijo mi mirada hacia el pálido techo sin pensar en nada, tan sólo concentrada en mi respiración. Y de repente como una cálida ráfaga de viento aparece, sucede, me doy cuenta de que soy madre. No lo puedo creer, soy la madre más feliz dentro de la categoría de madres felices. El pequeño garbanzo, que se convirtió en balón de fútbol, ahora ya es carne y hueso, por fin, a pesar de tomarse su tiempo. Sus ojos se iluminan como dos estrellas cuando lo tengo entre mis brazos; pareciendo reclamarme sellar una promesa: que lo voy a querer toda la vida por lo que es y por lo que será, MI HIJO.
Vuelvo a mi cama, me recuesto con dificultad. Dirijo mi mirada hacia el pálido techo sin pensar en nada, tan sólo concentrada en mi respiración. Y de repente como una cálida ráfaga de viento aparece, sucede, me doy cuenta de que soy madre. No lo puedo creer, soy la madre más feliz dentro de la categoría de madres felices. El pequeño garbanzo, que se convirtió en balón de fútbol, ahora ya es carne y hueso, por fin, a pesar de tomarse su tiempo. Sus ojos se iluminan como dos estrellas cuando lo tengo entre mis brazos; pareciendo reclamarme sellar una promesa: que lo voy a querer toda la vida por lo que es y por lo que será, MI HIJO.
A veces la alegría entra en cortocircuito con el miedo, siendo pocas las veces. Pero cuando vienen esas ráfagas basta mirarte un segundo para encontrar la distancia apropiada y sentir de nuevo tu calor, tu amor como bálsamo de Fierabrás.
Hoy es el primer día que estamos juntos que comenzamos a volar, a soñar, a guerrear, a tropezar, a aprender el uno del otro,…Hoy he comenzado a escribir cada una de tus peripecias, de tus gestos, tus llantos y tus sueños para que quede testimonio de lo que TE QUIERO y de lo maravilloso que es SER TÚ MADRE."
FELIZ QUINTO CUMPLEAÑOS AMOR
Precioso!!! ser madre es una aventura increíble ¿verdad? :D
ResponderEliminarEs extraordinario...gracias!
EliminarHola Yolanda! Tantísimo tiempo llevaba sin leerte, y me topo con el 5• cumple de tu chiquito. Felicidades :D.
ResponderEliminarBeso grande a ambos, siempre es un placer leerte.