A su derecha, vestida de seda blanca, coronando su cabeza unas delicadas flores de jazmín blanco, la princesa estrechaba la tibia mano del que titubeaba con el tiempo.
El rey no hallaba modo de agradecer ese gesto de confidencia que era estrechar su mano
Es discreta e inteligente; es calma y prudencia; es cobijo bajo sabor dulce y denso del oporto; es princesa de mi tiempo.
Precioso y muy profundo ;)
ResponderEliminarBesos
Gracias guapa!!
EliminarBesos!!