lunes, 21 de enero de 2013

Un recuerdo una canción

Experimentar el poder evocador de la música puede ser una gran experiencia. Pero si además detrás de esa música, de esa canción, existe un recuerdo, una emoción, el efecto puede ser inefable. Soy de la opinión de que los recuerdos quedan adheridos, de alguna manera, a ellas. En mi vida, por ejemplo, hay unas cuantas que se han quedado ligadas, yuxtapuestas a mi retentiva. 

Un recuerdo de infancia. Sin apenas alcanzar culo en taburete, mi esqueleto desencajado se perturbaba con los argentinos Tequila con su insigne e inmemorial Rock and Roll en la plaza del pueblo o la rocanrolea, de machacón y pegadizo estribillo, "Quiero besarte" que me hacía perder el juicio que por aquel entonces me dada la ingenuidad de la niñez y por tanto pecar de imprudencia y  no menos, de vergüenza o pudor.

Un recuerdo adolescente. Pubertad. Crisis de la adolescencia con más cara que espalda. Aún recuerdo como le choteaba a mi madre con el temita de estar pasando, a mis 17 años, por una etapa un tanto truculenta hormonal y psíquicamente. "Tú tienes más cuento que Calleja", me repetía mi madre. Pues sí, mucho morro le echaba al asunto hasta tal punto que tuve la osadía, de mozuela caradura, de invitarla a la lectura de expertos y eruditos psicólogos para que entendiera cual era mi situación en aquel periodo dónde no sabes muy bien ni quién eres, ni a donde vas, ni qué carajao haces con tú vida; vamos, lo que viene siendo una crisis existencial. Ésta época de turbios, revueltos y complicados años (entiéndase por, potaje hormonal) pasé por distintos periodos musicales: Loquillo y los trogloditas, Madonna, la Polla récord, Kortatu, La Frontera...y así, muchísimos más. Y ahora que lo pienso,  potaje  hormonal y potaje musical, todo sea dicho.

Un recuerdo de vida, mi embarazo. A él lo acompañó uno de ésos tesoros sonoros marcándolo como sello de cardenal en sobre. Estuvo junto a mí los 9 meses de embarazo, -incluso cuando estaba en la cama del hospital esperando a que el canijo naciera-, y hoy he vuelto a recordarla volviéndome a emocionar; a sentir  el amor que por aquel entonces rodeaba mi vida; a sentir la emoción del que no tiene noción, a recordar cómo la música transporta a otra realidad por que la música es alma, es energía en estado puro.

Hoy tuve un recuerdo, una canción: la espera de una nueva dimensión,  MI HIJO!

Os dejo con ella:



2 comentarios:

  1. yo también busqué una canción de embarazo, y oye, a mi hijo ahora le encanta.
    Mil besos, sister

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