Todavía recuerdo aquel salón de plenos del ayuntamiento de mi pueblo. Si, allí estaba yo con cuatro añazos bien calzados. Dispuesta y preparada a luchar por la corona de reina infantil de la feria de 1977.
Pero en toda batalla hay rivales, en éste caso la lista de adversarias, cinco. Y perdonad mi vanidad pero no eran competencia para mí. Si algo había que me daba confianza y seguridad era que con mis cuatro primaveras estaba para toma pan y moja, no era la versión miniyo de Nefertiti pero tenía un "ángel", parafraseando a la madre que me parió. Pues bien, como decía, un convencimiento con aplomo, con premeditación y alevosía. Reconozco que era la candidata perfecta pues me avalaban mis grandes dotes de comunicación, desparpajo, liderazgo y sobretodo mucha habilidad para las relaciones sociales. Conocida por todo el pueblo, mis padres eran dueños de negocios de hostelería, me abrían el camino a ser una auténtica star systems en el arte de las public relations. Cuantos pellizcos de mofletes no me habré llevado por mi notorio, reconocido y popular gracejo descarado, ¿mil? ¿Dos millones? ¿Cuatro cientos millones? Infinitos. El leit motiv que guió mi infancia: "aaaainsss, la gracia y el salero que tiene la niña." Con lo cual, igualdad matemática, jugaba con ventaja. No porque las otras 4 fueran unas siseas, que no, o sí, dejemos la crueldad infantil de lado eso es harina de otro costal, sino porque existía una clara relación de equivalencia entre mis cualidades físicas y las sociales dejando claro que quién apostara por mí jugaba a caballo ganador en la misión encomendada a toda reina: llevar el nombre de mi pueblo con, (voz de hombre que va a África a cazar elefantes), "orgullo y satisfacción" en mis cinco días de reinado parrandero sandunguero sesentero.
Con trajes almidonados, pelo lleno de tirabuzones y madres con el ladrillo dentro del bolso por si acaso debían hacer uso de él, cual madre coraje que defiende la lastimada autoestima de su delicioso, bello y atractivo querubín con dientes, uñas y "ladrillazos", nos mordíamos los labios deseosas de saber quién, finalmente, se haría con la preciada diadema de brillantes,..., falsos, claro....
Dejando atrás recuerdos de niñez y de juego de tronos que no sirven más que para introducir los deseos que rondan la cabeza terca de mi canijo de QUERER SER piel que habita en personaje de ficción, llevo padeciendo el asalto insidioso, fatuo, petulante y valentón de la saga Marvel y Pixar . Y cuando digo, padeciendo, digo sufriendo la posesión diabólica del hombre arácnido y del muñeco con anquilosis galopante, que se ha apoderado de mi canijo . Pido prisión para ambos. No puedo más. O mejor, pido un exorcismo para que ambos se desintegren en el inframundo y más allá.
A mi lo de reina me duró cinco días: felices, serenos, llenos de gloria. Pero lo del canijo, ¡llevamos un mes! ¡Bendito sea! Llevamos un mes soportando disfraz del señor telaraña, mañana, tarde y noche. Combates de pressing-catch dentro y fuera de las lindes familiares y además con algún que otro daño colateral en la cara de un niño ajeno a los delirios animados del híbrido Spider-Buzz Man-lightyear.
"Maaaamiiii, (voz de niño fantasma y ojos mefistofélicos), ¿verdad que Spiderman tiene que caminar por las paredes?" ¡Incrédula! Lo que la verdad esconde, ¿no lo recuerdas? Cuando un niño suelta esa clase de afirmaciones buscando respuesta cerrada, si o no, ¡agárrate lo machos! Mientras el niño poseso del veneno radiactivo bisbisea su aserción, los daños quedaban marcados a modo de surcos de dos centímetros en la pared de la morada familiar. A cada paso, y a cada: "Maaamiii, ¿verdaaaad? ¿verdaaad?", refregaba, estriando, ondulando más y más con el señor SPIDERMAN alias, me estas tocando los bajos fondos hasta el infinito y más allá, mi impoluto y virginal, hasta aquel momento, pasillo...
A la luz de tamaña fechoría de portada donde rece "WANTED CANIJO", me he visto obligada a tomar la determinación de dar arresto domiciliario sin derecho a fianza a estos dos personajes que hacen las delicias de toooodos los niños del universo y que a mí me han jodido fastidiado mis dos metros de pared color crema... Bueno, ahora crema con surcos... ¡HASTA EL INFINITO...Y MÁS ALLÁ!
mujer!!es que Spiderman es lo más,si te sirve de c onsuelo la hija de mi vecina de bailarina con tutu(ni siquiera da clases)los 365 dias del año,jajajaj
ResponderEliminarjajajja...yo también tuve mi época de bailaría con tutú, de fama, de dirty dancing.., alguna vez lo contaré.
EliminarGracias guapa por comentar. A ver si un día me das la sorpresa y te quedas por aquí :)
Beeeesos
Jajaja, la epoca del disfraz, otra etapa bonita para recordar. Ahi chichi, lo que tenemos que aguantar las madres. jajaja. Besotes gordos y achuchaos.
ResponderEliminarDe disfraz y de porfiar.
EliminarBesos
Ellos van por épocas, aficionándose a cada edad por algo distinto. Por aquí el grande esta con los videojuegos y lo peor es que le ha enseñado a la pequeña. Ya escucharé tus lamentos,cuando esta época llegue, Disfruta de los disfraces ahora, los extrañarás mañana...
ResponderEliminarSaludos ;-)
Ja! Videoconsolasuñ. Tengo un experto n iPop, iPap, ordenador. Así k creo k curada d espanto estoy.
EliminarBesos guapa y gracias x comentar
spiderman siempre sera el mejor de todos los superhéroes, ya que es el que mas le gusta a todos los niños, gracias por este articulo.
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