Nuestro grito de guerra

Todos los ejércitos desde tiempos inmemoriales gritaban y hacían algún tipo de ruido especial con el fin de atacar psicológicamente a los enemigos para motivarse.

Durante la Guerra del Pacífico, "banzai" era uno de los gritos de guerra de los soldados japoneses, bien en las cargas desesperadas con bayonetas, o bien los pilotos kamikaze quienes gritaban al chocar sus aviones en los barcos enemigos. O el origen de Gerónimo que procede del regimiento 501 de paracaidismo de los Estados Unidos. El grupo de soldados se preparaba para realizar su primer salto en paracaídas y gracias a la casualidad vieron Gerónimo, una película de 1939 que trataba sobre la vida de un ilustre jefe apache. En una de las escenas de la peli, salía huyendo, y para escapar se tiraba desde una gran roca. Mientras se lanzaba, gritaba su nombre a todo pulmón: "Geronimoooooooooooo......"

Pero de los gritos de guerra, banzaiiii, geronimoooo, podemos pasar a hablar de aquellas frases míticas que han pasado a la historia y que a muchos les han servido de leitmotiv como por ejemplo, la de Leonardo Di Caprio en Titanic con sus brazos al viento gritando: "Soy el reeey del muuuundo." O heroicidades como en Toy Story, con esa frase tan archiconocida : "Hasta el infinito y más allá." O el grito de guerra, que se me olvidaba, de mi adorado sex-simbol de juventud, Mel Gibson en Braveheart: "Jamás nos quitarán la libertad."  
Y de los egos y vanidades pasamos a las revelaciones, con frases que a más de uno dejaron boquiabierto la frase de Star Wars, "Yo soy tu padre." 
Y de revelaciones a confesiones. Qué me decís de, " en ocasiones veo fantasmas."  O la versión española de esta frase con la película Los Otros, "A veces sangro."
Y por último, frases míticas. Frases que hacen historia: "¿vienes a mi casa, el día de la boda de mi hija, a pedirme qué mate por dinero? Don Vito Corleone.
Entonces, queda claro, un grito de guerra identifica. Identifica en un medio de batalla. Identifica en una situación de alegría, de miedo, de angustia, de indignación. Ayuda a pedir axilio o dar indicaciones a amigos, compañeros, seguidores, trabajadores en pleno fragor del combate, de la reivindicación, de la emoción. 
Así que lo imprescindible para hacerte con un grito de guerra es tener una motivación, una quintaesencia, según los publicistas, una frase corta que resuma un sentimiento, una causa, una lucha.
El grito debe ser corto porque si se alarga puede suceder que quien solicita ayuda, en medio del ataque enemigo nunca llegue a completarlo. El grito debe ser simple, para que sea fácil de entender, incluso en plena batalla. Deber ser fácil de recordar porque cuando, por ejemplo, están apunto de matarte, es mejor que se recuerde fácilmente el grito que pueda salvarte. Y por último, el grito debe ser original. Resultaría muy poco práctico tener la misma llamada de auxilio que tu enemigo.
Pues con toda esta información y gracias a una depilación tipo ingles brasileñas la inspiración llegó. Llegó como un huracán: fuerte y descontrolado. Quizás por la emoción de verme sin pelos. O quizás por el desconsuelo en busca de apoyo moral por el anuncio de los recortes sufridos el pasado viernes. Nuestro grito es un grito colectivo, con identidad femenina, con género. Nuestro grito es un grito de felicidad, es un grito de indignación, es un grito de me la Bufa, es un grito con glamour-chotuno. Nuestro grito, es nuestro. De nadie más. Este verano tenemos nuestra propia seña de identidad. Nuestro propio slogan. Nuestra marca registrada. No hay canción del verano, pero sí tenemos nuestro himno del verano. Himno que nos cohesiona como grupo, que nos da identidad, que no nos juzga, que nos libera. Nuestro grito de GUERRA CAMARRRRADAS:

ME GUSTA MI CHICHI, ¡VIVA, MI CHICHI!

Dedicado a vosotras, mis camarrradas ......vuestra, siempre "La Chamus"