El canijo y la araña..

Y un día, de repente, se abre la veda. Comienza el espectáculo, el desfile de chispa, de ingenio, de comedia, de invención, de talento, de fantasía, de imaginación. 

El canijo está disparatado. Parece un radiocasete: le das al play y ¡hala! a soltar por su párvula boca toda clase de relatos llenos de fantasía delirante.

"Mamí, ayer estaba, estaba en casa de abuela y, ¿sabes qué? Vino Spiderman, que tiene una araña. Y la araña le cortó el pelo a Papá. Y, ¿sabes qué? Spiderman come cereales igual que Papá. Y entonces, estaba yo en el patio de abuela vino la araña y me picó. Si mami, me picó. Entonces, ahora hago así Mamí con las manos: fshissss, fshissssss, fshisssss.....como Spiderman....Pero yo me dio miedo y espachurré a la araña....Las arañas son ¡feeeeeas! "

Doy la bienvenida a la imaginación de mi canijo. A la brevedad del relato: tampoco es cuestión que se monte historias tipo Ray Bradbury con 34 meses. No. Pero, si es verdad que comienza a pensar en "¿y si...? o ¿qué pasaría si...? o ¿ si tal cosa sucediera...?..."
Comienza a experimentar y a jugar con el pensamiento descubriendo el mundo de posibilidades ante el. En ocasiones el rostro de asombro y sorpresa de mi petti me ayuda a apreciar y a observar la emoción que causa la imaginación cuando mi  hijo sueña con posibilidades infinitas. Hoy con una araña, mañana con Pepito José, pasado con el Mono Pepe, el otro con Buzz Lightyear....y así "HASTA EL INFINITO... Y MÁS ALLÁ."

¡Qué viva la imaginación!
¡Qué vivan los sueños!
¡Qué vivan los monstruos y los duendes!
¡Qué viva la sencillez de la fantasía!..